Nacidos Para Gobernar

Volviendo al Diseño Original: el Gobierno según Dios.

Pensar en el Diseño Original nos lleva directamente a adentrarnos en los primeros capítulos de Génesis. Pero es necesario sumergirnos para experimentar las verdades escondidas, que solo podemos alcanzar por medio de la Revelación correcta, de la Verdad de las verdades, Jesucristo. San Pablo dice en Efesios 1, 17 «y le pido a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios».

Genesis nos relata que Dios creó y dio forma a lo que no tenia forma, a lo que era caos, separando la luz de las tinieblas e hizo de eso un hermoso jardín para comunicarse de manera directa con  su obra más preciosa, el ser humano. En el versículo 8 del segundo capítulo leemos que después el Señor plantó un huerto en Edén, en el oriente y puso allí al hombre que había formado. Es decir que primero creó al hombre y desde ese instante lo hizo para que reinara junto con Él (coherederos), por eso fue necesario hacernos a su imagen y semejanza.

Desde ese mismo momento, podemos ver que Dios ya pensaba en todas las cosas desde una visión de Reino, y que tanto hombres como mujeres fuimos creados para reflejar la esencia del Padre, esencia plasmada en nosotros desde la eternidad. (Jr 1,5. Salmos 139,16. Ls 4,14).

Por otro lado, podemos ver que Adán y Eva gozaban de plenitud y eran un reflejo de la trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, es decir eran un reflejo de la perfecta unidad, a la cual nosotros también estamos llamados. (Juan 17,21). Por eso también somos tripartitos. (MENTE, ALMA Y ESPIRITU)

Pero podemos ver que cuando pecaron, no solo perdieron la dependencia del Padre, no solo perdieron la unidad, la plenitud y las purezas, sino que perdieron su mentalidad de gobierno. Satanás se metió tanto en sus sentidos que distorsionó todo lo original y  ahí comenzó a funcionar la naturaleza caída. Por eso querían tapar su desnudez, ya que en su mente, alma y espíritu se produjo una ruptura.

Entonces por eso podemos ver que Dios le dice «¿Dónde están?», y no «¿Qué hicieron?», ya que lo que perdieron fue su posición, al punto de que no pudieron reconocer que se habían equivocado. Satanás mas allá de separarnos de Dios, lo que buscó y va a buscar siempre es confundirnos, llenarnos de temor, distraernos con placeres temporales, crear división unos con los otros, porque en el fondo lo que detesta es que seamos semejantes a Dios y que gobernemos con Él. Sabe que Jesús ya venció, que tiene las llaves del hades y de la muerte, que es el primogénito, y que un día reinaremos junto con Él.  No nos olvidemos que Él siempre quiso ser Dios. Pero también no es casual que haya elegido a la mujer para hablarle y llevarnos a pecar, la mujer era la que tenia que sujetarse, la que tenia la tarea de colaborar, de ser un complemento para el hombre, al punto de que eran uno. Desde ese momento, sabia que si creaba enemistad en el hombre y la mujer, lo original también se corrompía. No es casual que hoy surja el feminismo, no es casual que exista el machismo. Son diseños distorsionados de la figura de varón y mujer. Satanás nunca crea por eso siempre distorsiona.  Es hora de despertarnos del sueño de la noche y de darnos cuanta que juntos reflejamos el perfecto amor del Padre, la perfecta unidad.

Si nos detenemos podemos observar a través de las escrituras y por medio del paso del tiempo, que Dios lleno de amor busca desesperadamente restaurar la relación de amor con el ser humano, pero el mismo desde su mentalidad caída decide rechazarlo. Elige una y otra vez el árbol del conocimiento, el humanismo, la búsqueda de la razón, el querer ser Dios, que lo va a llevar a una anarquía como nunca antes vimos en la historia; en vez del árbol de la vida, que representa la búsqueda de lo eterno, estar dentro de los limites de amor de Dios, la unidad, que representa lo original. Pero tranquilos, 2 Tesalonicenses 1, 8 nos dice que Jesús lo matará con el soplo de su boca y lo destruirá con el esplendor de su venida.

 Hay algo que tenemos que entender, para Dios todo es un eterno presente. Nosotros solo tenemos la dimensión del espacio temporal, por eso Jesús dice que no se sabe ni el día ni la hora.  Es necesario estar preparados. Es necesario ser entendidos en los tiempos, para poder permanecer hasta el fin.

A Dios nada se le escapa de control. Desde el Génesis hasta Apocalipsis nos habla de una persona llamada Jesucristo, que vino para restaurar todas las cosas, que nos sentó nuevamente en los lugares celestiales, que nos regaló su mentalidad, que nos hizo reyes y sacerdotes, y no solo eso, que un día va a volver porque en el corazón del padre todavía esta el jardín de Edén, todavía está el deseo de que volvamos al Diseño Original, que gobernemos con Él todas las cosas. Jesucristo en nosotros es la Esperanza de Gloria para la humanidad. Peleemos la buena batalla con las armas que nacen del Espíritu y respondamos al llamado que Dios nos hizo desde la eternidad. El llamado de establecer Su Reino en la tierra.

Por Melina Escobar, parte del equipo de Santa Fe, ciudad de Reconquista.

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