Sabemos que Dios está despertando a su Iglesia en esta área, y que cada vez hay más personas, en especial jóvenes que sienten que su lugar para servir a Dios está en el servicio en la función publica.
Muchos de ellos, no son comprendidos en sus iglesias, hasta a veces son desalentados a involucrarse, lo que los lleva a buscar afuera, algún espacio donde desarrollar ese «don»; es así que se involucran a militar en partidos, a veces en la misma universidad o son convocados por dirigentes en sus distritos, al ver que tienen «destrezas» para manejar gente, tiene calidez, gracia, y terminan apartándose del camino de Dios, y son succionados por el sistema, sin quererlo.
Otros, conviven con una dualidad: ministerio eclesiástico vs militancia política – partidaria y no encuentran punto de conexión entre ambos. En los mejores casos, intentan llevar los principios cristianos a estos espacios, pero se sienten «asfixiados» por tal densidad espiritual
que hay en estos ámbitos; o algunos cuando tienen oportunidades, se dan cuenta que les hace falta algo más que llamado, pues necesitan estrategias, conocimiento del sistema político, electoral, de gestión, de administración, etc.
Y aún esto nos es suficiente; ya que quien acude a este llamado, requiere tener respaldo espiritual, de intercesión y dirección divina para dar los pasos precisos, sin caer, y mantenerse de pie.
Estamos convencidos que ESTE es el tiempo que los hijos de Dios gobiernen en las ciudades, por eso nos urge prepararlos.